Son muchos los momentos que pasamos en la carretera, y todos ellos son momentos en los que debemos tener nuestros sentidos bien despiertos. Un niño que se le escapa una pelota o el móvil; una señora discapacitada con muletas; un grupo de sofocados trabajadores hablando entre sí y por el teléfono. En cualquier momento debemos poner el intermitente y pisar el freno. ¡Como la vida misma!
Por todo ello, todos los “instrumentos” que tenemos dentro de un vehículo son necesarios y por ende, debemos utilizarlos. Utilizarlos correctamente, utilizarlos para poder ayudar a otros conductores y otros viandantes.
Un vehículo cuenta con lo básico para ser conducido, lo justo y necesario: las cuatro ruedas, el volante, los cambios con su freno, las luces, el tanque del suministro, la chapa con sus ventanas y parabrisas, así como, los intermitentes. Luego ya está lo secundario de los vehículos, que si la radio es táctil o no, que si puede ser automático o no, que si tiene televisión o posible ipad trasero para niños, apertura del techo solar, cristales tintados, o pegatinas, es decir el tatuaje del vehículo …. Pero lo necesario para que camine el vehículo es desde antaño lo mismo: cuatro ruedas y poco más.
Sinceramente creo que voy a tener que desempolvar la bola de cristal, ponerla en el vehículo y conectarle el bluetooth para que me indique, me hable, me comente: qué va hacer el vehículo que está delante de mí.
Es incomprensible que los intermitentes, esa luz a la derecha o a la izquierda que nos señala dónde vamos a ir o que tengamos que hacer un stop, no sean utilizados por la mayor parte de los conductores. Me propuse un día de salidas de colegio y de instituto, coger mi vehículo y observar cuántos vehículos hacían sus maniobras con los indicadores (intermitentes) debidamente señalizando hacia dónde se dirigían y lo más importante si eran capaces de hacerlo correctamente.
Muy pocos de dichos conductores sobre unas dos horas sentada a mi vehículo, señalizaban con el intermitente hacia dónde se dirigían (derecha o izquierda, hacer la rotonda o no), si iban a estacionar o se iban a parar de repente. Y en más de una ocasión hubieron posibilidades de tener un accidente.
Los intermitentes son como un lápiz que se encuentra a la izquierda del volante, cuando estudiamos para poder obtener el permiso de conducción, nos dicen cómo podemos coger el volante y cómo podemos poner el intermitente, para examinarnos debemos poner el intermitente pero se nos olvida el hecho de poner el mismo y coger el volante con las dos manos. Sinceramente creo que voy a tener que desempolvar la bola de cristal, ponerla en el vehículo y conectarle el bluetooth para que me indique, me hable, me comente: qué va hacer el vehículo que está delante de mí.
El intermitente puede salvar vida, el intermitente indica a dónde nos dirigimos y por dónde. Las rotondas, no es para que se esté continuamente dando vueltas y que cuando creamos conveniente salgamos por el carril que más nos guste, debemos poner el intermitente e indicar que vamos a salir de la misma, para que los otros vehículos cooperen en nuestra intención y decisión, pero si nos lanzamos hacia la vía sin señalización, podemos tener un accidente, o podemos hacer que se tenga un accidente. El intermitente puede salvar vidas.
Debemos ser conscientes que el intermitente ni indica la Navidad ni es un elemento decorativo del vehículo. Por todo ello y si tienen curiosidad suficiente aquí dejo un enlace:
